Edema: qué es, tipos, causas y tratamiento – Todo lo que necesitas saber
El edema es una condición bastante común que se caracteriza por la acumulación de líquidos debajo de la piel. Esta acumulación suele producir hinchazón en diferentes partes del cuerpo, como las manos, los brazos, las piernas, los pies y la cara. El edema puede ser causado por diversas razones, como infecciones, consumo excesivo de sal, inflamaciones, intoxicaciones y enfermedades renales, cardíacas o del sistema linfático.
Cuando se presenta edema, generalmente se forma una marca de depresión al presionar sobre la zona afectada. En algunos casos, el edema puede ser consecuencia de situaciones menos graves, como picaduras de insectos, caídas o alergias a polen, perfumes, maquillaje o polvo. Sin embargo, cuando el edema es generalizado y se presenta en varias partes del cuerpo, puede ser una señal de una situación más grave que requiere atención médica.
Existen diferentes tipos de edema, cada uno con sus propias características. El edema común es el tipo más común y está compuesto principalmente por agua y proteínas. Suele ser causado por situaciones menos graves, pero cuando es generalizado, puede indicar un problema más serio. El linfedema, por otro lado, está compuesto por agua, proteínas y lípidos, y ocurre cuando el fluido de la circulación linfática se escapa hacia la piel y los órganos. Este tipo de edema es más común en casos de cáncer, elefantiasis y obstrucción de los ganglios linfáticos. Por último, el mixedema se caracteriza por tener una mayor presencia de lípidos en su composición, lo que hace que la hinchazón sea más firme que en los otros tipos de edema. Afecta principalmente la cara, causando hinchazón en los ojos, pero también puede ser generalizado. Suelen ocurrir en casos de hipotiroidismo o después de un tratamiento hormonal.
Los síntomas del edema son principalmente la hinchazón en la zona afectada. En casos de hinchazón excesiva, también se puede observar piel más brillante y tensa. Al caminar, especialmente cuando el edema afecta los pies o las piernas, la persona puede sentir un leve ardor y hormigueo. Si el edema no desaparece después de algunas horas, se acompaña de dolor leve o moderado y la piel se vuelve sensible, se recomienda buscar atención médica para evaluar la condición y descartar problemas más graves.
Son muchas las enfermedades responsables de causar edema, y generalmente están relacionadas con cuatro tipos de alteraciones del cuerpo. La primera es el aumento de la presión capilar, que suele ocurrir cuando hay obstrucción de las venas. Esto puede ser causado por acumulación de grasa, trombos o compresión externa debido a ropa ajustada. Cuando esto sucede, la presión que ejercen los líquidos sobre los vasos sanguíneos es mayor de lo normal, lo que hace que los líquidos escapen y se acumulen en los tejidos del cuerpo. Las causas más comunes relacionadas con esta situación son la insuficiencia cardíaca, renal o venosa, así como una dieta rica en sodio o sal.
Otra causa del edema es la reducción de las proteínas plasmáticas. Cuando los niveles de proteínas plasmáticas en el cuerpo disminuyen, no se produce la reabsorción de líquidos en las capas más profundas de la piel, lo que lleva a la acumulación de líquidos debajo de la piel y, por lo tanto, al edema. Esto puede ocurrir en casos de síndrome nefrótico, enfermedades hepáticas, desnutrición proteica o quemaduras graves.
El aumento de la permeabilidad capilar es otra causa común de edema. En este caso, hay una mayor permeabilidad de los vasos sanguíneos, generalmente causada por alguna inflamación, lo que provoca que los líquidos escapen y se acumulen en los tejidos del cuerpo. Algunas situaciones que pueden causar el aumento de la permeabilidad capilar y el edema son alergias, quemaduras, deficiencia de vitamina C, infecciones o el uso de vasodilatadores.
Por último, el bloqueo del retorno linfático, también conocido como linfedema, es otro tipo de edema que ocurre cuando hay una obstrucción de los vasos linfáticos. Esto suele ocurrir en casos de hipotiroidismo, cáncer en los ganglios linfáticos o después de una linfadenectomía. La principal característica de este edema es que la hinchazón parece ser más firme al tacto y la piel puede tener un aspecto similar a la cáscara de naranja.
El tratamiento para el edema depende de la causa que lo haya provocado. En casos leves, generalmente se recomienda reposo, reducción de la ingesta de sal en la alimentación y masajes en la zona afectada para ayudar a drenar el exceso de líquido hasta que el edema desaparezca. Sin embargo, en casos más graves donde existen enfermedades subyacentes como problemas en el hígado, los riñones y otros órganos, es necesario tratar la enfermedad específica que causó el edema. Además, en algunos casos se pueden recetar medicamentos diuréticos que ayuden a eliminar el exceso de líquido en el cuerpo.
Prevención del edema
Para prevenir y reducir la aparición de edemas, se recomienda adoptar cambios saludables en la rutina diaria a lo largo del tiempo. Algunas medidas que se pueden tomar incluyen:
– Reducir el consumo de sodio y sal en la alimentación: esto ayudará a disminuir la retención de líquidos en el cuerpo.
– Mantener un peso adecuado según la altura, edad y sexo: el exceso de peso puede aumentar la presión en los vasos sanguíneos, lo que puede favorecer la aparición de edemas.
– Realizar ejercicio físico de forma regular: el ejercicio ayuda a mejorar la circulación sanguínea, lo que puede prevenir la acumulación de líquidos en los tejidos.
– Elevar las piernas por encima del nivel del corazón al estar acostado o sentado: esto favorece el retorno venoso y ayuda a prevenir la hinchazón en las piernas.
Es importante tener en cuenta que estas acciones pueden ser realizadas por todas las personas que no presenten enfermedades crónicas. Sin embargo, aquellas que tengan algún problema de salud deben consultar a un médico antes de comenzar cualquier cambio en su estilo de vida.
Conclusión, el edema es una condición caracterizada por la acumulación de líquidos debajo de la piel. Puede ser causado por diversas razones, como infecciones, consumo excesivo de sal, inflamaciones y enfermedades renales, cardíacas o del sistema linfático. Existen diferentes tipos de edema, cada uno con sus propias características, y los síntomas suelen ser hinchazón en la zona afectada. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir reposo, reducción de la ingesta de sal y medicamentos diuréticos. Para prevenir el edema, es importante adoptar cambios saludables en la rutina diaria, como reducir el consumo de sal, mantener un peso adecuado, hacer ejercicio regularmente y elevar las piernas.


 
		 
			 
			 
			 
			 
			